Cuando decidí tener y criar al hijo que llegue a pensar dar en adopción
¡Fuerte, lo sé, pero así de fuerte es la vida y todo esto es una realidad! Así que antes de leer este artículo te pido hacerlo con el corazón abierto y sin juzgar, tratando de leer con amor una historia de la vida real que merece toda mi admiración.
Hace unas semanas, meses, qué más da... LPAP A.C. recibió un donativo tan importante como cualquier otro; sin embargo, por motivos de trabajo no pude asistir personalmente (como a muchos otros), pero la historia que llevaba ese donativo me tuvo días enteros reflexionando y hasta hoy logré poner en letras lo que aprendí.
Resulta que el mismo año que yo luchaba con todas mis fuerzas por la vida de mi hijo, recibí un mensaje de otra mamá que al igual que yo luchaba pero contra cosas diferentes. Para no poner palabras de más o de menos, te comparto ese mensaje.
Yo nunca leí ese mensaje; como saben quienes ya leyeron mi libro, mi internet en aquel entonces, encerrada entre cuatro paredes, era malo, leía poco y escribía mucho... Hace unas semanas, meses, qué más da, leí ese mensaje porque quien nos había propuesto para recibir ese donativo fue la mamá del niño que decidió tener.
Sus palabras fueron algo así como estar sumamente agradecida con nuestra historia porque gracias a seguirla ella decidió tener a ese niño, quien hoy crece sano, y segura estoy de que esa mamá no puede siquiera imaginar su vida sin él. Ella me mandó a dar las gracias, no sé de qué, porque estoy segura de que todo esto fue parte de un plan maestro de Dios y no fue nadie más que ella y su enorme corazón quien decidió, a pesar de que el mundo se le venía encima, luchar por su hijo...
Mi primer pensamiento fue:
¡Qué belleza de persona, que a pesar de tener miles de motivos para abortar, no lo hizo! Su opción era: “Dar en adopción, porque esa vida no tiene la culpa de convertirse en muerte por mis problemas”. Un tema tan polémico como el aborto, donde no pienso adentrar porque procuro vivir sin juzgar ya que no soy nadie para hacerlo; eso sí, igual de claro tengo que con mucho respeto debo defender lo que creo (¡lo siento! Soy abogada y estudié Derecho porque desde siempre creo en la justicia, exista o no en mi país o en el propio mundo), y aquí todos mis lectores saben que soy pro vida 100% porque con todas mis fuerzas he luchado para que ningún otro niño muera y porque no quisiera que otra mamá viviera con el dolor tan profundo que se vive al ver morir a un hijo.
Descubrí la importancia de HABLAR... Si ya escucharon mi podcast: “Todo Va a Estar Bien”, que grabé con “Empieza Contigo” en Spotify, recordarán por qué empecé a compartir la historia de mi hijo: por pura conveniencia, necesitaba donadores... Cuál fue mi sorpresa que esa conveniencia fue cambiando a agradecimiento y desahogo, y haber platicado nuestra historia fue lo mejor que me pudo haber pasado dentro de aquel momento lleno de soledad donde tanta gente me hizo sentir acompañada y amada. Pues bueno, gran parte de sacar a la luz mi libro: "Todo va a estar bien", fue, además de ayudar a más niños enfermos, tener la certeza de que de la misma manera me traería satisfacciones que en esta vida sólo te las dan las experiencias y aprendizajes que compartes con amor y desde el amor... Hoy, me sigo impactando cada día al recibir este tipo de caricias y regalos, al darme cuenta de que Dios nunca paró de trabajar para que muchas otras vidas vivieran aunque yo perdiera la mía... Irónico... pero profundo y bendecido el aprendizaje que me he llevado.
Si hoy pudiera dar un consejo a alguien que esté pasando por un mal momento, sería compartirlo; uno no sabe hasta dónde puede llegar, cuántos corazones puede tocar, cuántas personas se pueden identificar, a cuántas personas puede inspirar e incluso salvar con tan solo compartir su dolor. Y es que pienso que la vida está ya tan llena de banalidad, falsedad y noticias malas que cuando percibes el corazón real de otra persona, el impacto se replica y multiplica; por eso siempre soy la primera en darle "me gusta", animar y compartir cuando otras amigas lo hacen.
El mundo necesita personas REALES con sentimientos REALES y compartiendo la vida real, como es, con una Luisa en la esquina porque estropeó las pinturas de mamá y un Bosco abrazando y amando a su hermanita.
Hace poco compartía que parecía ir contracorriente y que a veces me gustaría dejar todo en manos de alguien más. A un amigo pastor, también muy activo en redes sociales, le decía: “Las redes sociales están desequilibradas, necesitamos contrapeso...”. Realmente me sentí tan desanimada en semanas pasadas; a uno se le carga la responsabilidad siendo presidenta de una asociación donde tantos niños están necesitando ayuda y, pocas veces, todo esto te sobrepasa, pero llegan señales como esta historia que les cuento, que te dicen de alguna manera: “Sigue haciendo lo que haces” y te vuelven a inyectar esperanza de que las cosas sí pueden cambiar y tú puedes ser parte de ese cambio.
Hoy comparto esta historia para que, como a mí, a alguien más pueda inspirar trayendo esperanza y luz a su vida.
A ti: Gracias por haberte quedado en mi vida aunque nunca haya visto tu mensaje, porque hoy tú me ayudaste a mí a seguir luchando por lo que cada día lucho desde que diagnosticaron a mi Pavito con cáncer. Hoy volví a recordar que Dios está en todo y solo es cuestión de ser paciente, gracias por tu valentía, por tu historia y por hacer de este mundo un mundo mejor.
Todo mi respeto y admiración para ti y tus hijos.... Y con esto concluyo que, aunque a veces no pareciera... Todo va a estar bien.
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